Hola, soy yo,
este animal respetuosamente ofendido
que lo trata de usted.
Soy yo,
la que buscaba el sentido de la existencia,
pero que sin anteojos me iba mal.
A lo largo de mi vida,
a mis peces los encontraron muertos,
flotando de costado.
Por eso, trepé este árbol
y comí de sus duraznos
dulces e invisibles.
jueves, 13 de octubre de 2011
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Dicen que en este valle los duraznos son de los duendes...
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