miércoles, 21 de noviembre de 2012

Dead head


Los bellos disturbios
de almas rotas:

Vos estuviste en medio del quilombo
declarándote "muerto agradecido".
El lío ya te venía armado,
sólo tenías que pararte en medio de todo.
En seguida venían a esposarte
y tu existir dejaba de hacer ruido por un tiempo.

Te confieso,
yo también llegué a agitar banderas de caos artificial.

Porque algunos tienen historia de vida,
otros espirales infinitas hacia nosotros mismos,
y los demás
el cagazo de siempre.

Pasará el tiempo
y cuando hayas fumigado todos los pisos de tu cerebro
y te deshagas de tus inquilinos,

volverás como un pájaro aplastado,
intentando su último vuelo.

Me llegará la palabra "padre":
dulce patada al oído,
en medio del quilombo,
en uno de esos días que te gustaban a vos.

sábado, 31 de marzo de 2012

El primer hombre

Decidió retirarse de toda sombra,
propia y ajena,
natural y falsa.

Quería una defunción
tropical y bailable.

Quería huesos de golosina
y dientes brillosos.

Quería ser el primer hombre
en pisar el sol.

jueves, 23 de febrero de 2012

No me dijiste puta

No me dijiste puta,
pero lo pensaste.

No me dijiste adiós,
pero lo pensaste.

Entonces empecé a llorar bichos de todo tipo.
Me metí en un bosque de troncos y me perdí.

Al día siguiente, te encontré ahí, tirado:
desnudo, tibio, obvio,
un dios en ayunas,
un milagro parcial.

Entonces sentí temblar en mis oídos
los esqueletos de caballos pequeñísimos,
las cosas que no dijiste,
pero que pensaste.

Entonces me miraste
como cuando alguien mira desde lejos
ovejas en la nieve,
casi invisibles.

Los días

¿A dónde van los días cuando ya no los miramos?
Entierran sus cabezas como avestruces y se hablan,
hablan de nosotros, de vos y yo.

Es ese algo que sentimos que late en las paredes
cuando se viene de vuelta el día
para asomarse con una cabeza nueva
a esta ciudad,
a este caótico ser.