Alguien ha estado lamiendo las superficies.
Las paredes brillan
y en algún lado sangra una lengua.
Alguien se da vuelta para abrazarme y no estoy.
Me doy vuelta para abrazar a alguien que no está.
En algún lado una lengua sangra,
un bosque sangra,
y no hay más fórmulas
ni tranquilas conclusiones vanidosas.
Sólo un silencio moretoneado
y un brillo de saliva.
Me mirás
y mi cabeza sonámbula se detiene.
Los maniquíes se van cayendo en pleno efecto dominó.
En tus ojos hay un bosque que sangra.
Me mirás,
la bestia estratégicamente colocada en tus ojos,
me mirás,
me soltás un león.